miércoles, 25 de mayo de 2011

Loco.


Ojalá te vuelvas loco, tanto como me volví yo pensando en ti. Ojalá te des cuenta de que tú mundo está aún más vacío sin mi, que el mío sin ti. Ojalá te acuerdes de las oportunidades que te dí, de las que rechazaste y las que dejaste al aire y en consecuencia llores, tanto como lloras por otras cosas irreales. Ojalá encuentres a esa tía que quieres encontrar y sea tal y como te dije, porque seguro que será así, y te duela saber que ahí estuve yo esperando a que aprovecharas los anzuelos que te echaba. Ojalá...porque solo yo sé que es lo que te gusta, y tú lo sabes. Ojalá te vuelvas loco, a más no poder. Loco, sin sentido alguno. Loco....tan, tan y tan loco que te den ganas de venir aquí, dónde yo estoy y pedirme, como tantas veces soñé, que me fuera contigo a cualquiera lugar del mundo. No hay cosa que más desee que te des cuenta que estás perdidamente enamorado y de que te vuelvas irremediablemente, locamente, incansablemente loco...

es imposible portarse bien con esta infancia...

¿Cómo coño quieren que me porte bien? Si de pequeña veía que Tarzán andaba desnudo, Cenicienta llegaba a media noche, Pinocho mentía, Batman conducía a 320 km/h, la Bella Durmiente era una vaga, Blancanieves vivía con 7 tios, Caperucita no le hacía caso a su madre, Betty Bop iba vestida como una fulana, Pulgarcita tiraba migas por todas partes y Popeye fumaba hierba... Por favor, ¡No me jodas!