sábado, 25 de septiembre de 2010

Memories.

Mis recuerdos, los dejé todos esparcidos por ahí, en cajas de zapatos gastados y cansados de merodear por vidas ajenas. ¿De qué me sirve vivir de momentos caducados? De errores teñidos con ganas de equivocarse otra vez. De sueños del futuro que se acabaran disipando hasta acabar deshechos. Puedes dejar tus cosas aquí, entre el tiempo que te busqué y en el que no te pienso seguir encontrando de nuevo. Te diré que tengo toda una vida para llenarme de sueños nuevos, besos renovados, días sinceros sin miedo al fracaso. Te diré que me he limpiado por dentro, dejando atrás todo lo que me hizo daño. He cambiado de perfume, así te lo pondré un poquito más fácil, pero en realidad, es porque me apetecía. Mi habitación ya no huele a cerrado y está llena de luz. He dejado correr el aire y ahora la vida me parece que tiene otro color.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Hay dos formas de ser capullo, la que nos pone a mil y la que nos hace pensar que dais pena. 

viernes, 17 de septiembre de 2010


...merezco un amor sin dudas, sin tiritas, sin gilipolleces, alguien que cuando me ponga borracha me lleve a casa en brazos. Que me saque la lengua cuando me ponga tonta y me haga enmudecer. Alguien que no pueda caminar conmigo por la calle sin cogerme de la mano. Que no me compre con regalos pero que tenga mil detalles de papel. Que no le guste verme llorar y me haga reír hasta cuando no tengo ganas.  Que de vez en cuando decida perseguirme por los bares y conocerme otra vez. Que me mire, lo mire, y me tiemblen las piernas sin remedio. Alguien que esté loco por mí, y no se olvide de decírmelo en los días que menos lo merezco. Que me mate a besos por la mañana. Que no se acostumbre a mí ni deje de inventar nombres nuevos para despertarme. Que si mira a otra, luego me guiñe un ojo y se ría de mis celos. Y sobre todo... que no tenga que perderme para darse cuenta de que me ha encontrado.
Cuesta tanto reconocer que una se equivocó, que al admitirlo una se siente estúpida: todo el mundo lo veía, todo el mundo lo sabía, todo el mundo, menos yo; quizás me movía la esperanza de que las cosas cambiaran, de que todo se arreglara y esa esperanza me impidió ver lo que realmente pasaba, eso que todo el mundo parecía ver e intentaba hacer que yo viera... pero sí, llegó el día en que mis ojos se abrieron de otra manera y ya no estaba cegada por esa ilusión, mis ilusiones habían cambiado; mi objetivo: ser fuerte... Ser fuerte para poder decir que NO cuando volvieras a mí, ser fuerte para recordar los momentos malos cuando regresaras, ser fuerte para recordar todas las lágrimas derramadas por tí cuando aparezcas otra vez como si nada, ser fuerte para no volver a ser débil. No va a ser fácil, pero cada día me doy cuenta de que cada vez hay menos cosas fáciles, o quizás es que yo siempre escojo el camino difícil. Quiero pensar que tú no eras lo mejor para mí, que simplemente eras una parte de mi camino, un camino difícil de tomar, ya te olvidé.
Vuelvo siempre como un perro fiel a ti. Me levantas y me tiras, me rebotas, me castigas, me perdonas, me golpeas, me acaricias, me rechazas y me abrigas. Discutimos, porque en todo quieres tu tener razón, nos buscamos y ninguno quiere ser el primero en pedir perdón; y seguimos remediando, construyendo, destrozando, comprendiendo, ocultando, ofreciendo y quitando. Y aunque todo lo que quiero de la vida es ser feliz, ya no puedo vivir, no puedo seguir ni contigo ni sin ti, ya no puedo cambiar, ni volver hacia atrás, me quedo aquí.
Después de una noche entre caricias, risas y algún que otro abrazo. Lo siento, me tengo que ir. Quería contarte que es muy fuerte esto que siento y tú no sientes. Tengo el tiempo entre los dientes para ti. Quería decirte como te he dicho otras veces que pase lo que pase estoy aquí.
Tal vez, nunca he sido lo que tú esperabas. Pero tú tampoco has sido lo que yo imaginé.
Lo siento.

Tú (L)

Desde niños hemos escuchado la palabra amistad, y a través del tiempo hemos comprendido que la palabra "AMISTAD" es usada un sin número de veces y para un sin numero de cosas, y cuando digo cosas, me estoy refiriendo a que se le da este nombre a hechos o personas que en realidad no tendrían porque tener este título. 
La amistad no es algo de un segundo y que después se olvida, sino por el contario es algo que va más allá del tiempo, de la distancia, de los errores, de los obstáculos, del orgullo. La amistad es algo más grande de lo que hemos aprendido con el tiempo, no es solo una palabra inventada para anotarla en el gran diccionario de la lengua española, tampoco es que va y viene sino que permanece. 
Amistad es darlo todo sin ningún egoísmo, es renunciar para dar, es callar para poder escuchar, es más, esa frase que tanto escuchamos "soy todo oídos" deberíamos tomarla literalmente cuando se trata de amistad y así aprenderíamos que es mucho mejor escuchar que hablar. 
La amistad, es como un fuego en tu interior, un fuego que se mantiene encendido sin importar lo que pueda pasar. Las amistades verdaderas son aquellas que llegan en el momento indicado, pero también son aquellas que no se alejan en el momento menos indicado. 
En fin, podría decirles mucho más sobre las amistades verdaderas, pero quisiera centrarme en lo que es más importante: en el cuidado que debemos darle a esas amistades verdaderas; exteriormente, siempre queremos mostrarnos fuertes e indestructibles, cuando en el fondo sabemos que somos seres frágiles, por esto, te invito a que por favor tomemos conciencia del valor que tiene un gran y verdadero amigo, pues ellos son los que sin una palabra, con solo una mirada pueden conocer tu interior y armarse de valor para combatir a tu lado, o tan solo para que te apoyes en su hombro.



¿Qué son las patatas sin ketchup? Nada. Pues eso mismo sería yo sin ti. 

Imposible.

¿Querer lo imposible? Por supuesto, pero en mi caso el imposible que yo quiero no existe.


Siempre se desea aquello que es imposible de conseguir. En el momento que lo tienes ya no lo quieres, o quizás lo quieres menos, y sigues deseando otra cosa que sea imposible.


Hasta siempre

A veces es mejor acabar el cuento y decir adiós.
Hacer las maletas, tragarse el orgullo, limpiar la mierda y no engañar al corazón.
En ocasiones es mejor morderse la lengua y las mala palabras, hay que pensar en el otro y a quien estás haciendo daño.
A veces es mejor decir hasta siempre que un ya nos veremos.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Manteniendo la esperanza de que...

alguien que me rompa las medias con la boca y luego me compre otras. Que me haga el amor contra la pared y se meta conmigo en la bañera. Que se pierda a mi lado para después rescatarme de laberintos sin sentido. Que saque la espada y me defienda de víboras, pirañas y putas. Alguien que cosa disfraces y haga máscaras para mis días malos y los convierta en buenos con una barita mágica. Que no se enfade si no me entiende, ni me entiendo y lo mareo. Que me saque la lengua cuando me ponga tonta y me haga enmudecer. Que no de por hecho que siempre voy a estar ahí pero que tampoco lo dude. Que no me haga sufrir porque sí, pero que no me venda amor eterno ni me lo ponga fácil. Alguien que no pueda caminar conmigo por la calle sin cogerme de la mano. Que no me compre con regalos pero que tenga mil detalles de papel. Que no le guste verme llorar y que me haga reir hasta cuando no tengo ganas. Que de vez en cuando decida perseguirme por los bares y conocerme otra vez. Que me mire, lo mire, y me tiemblen las piernas sin remedio.Alguien que esté loco por mí, y no se olvide de decírmelo los días de resaca. Que si se pone animal, sea solo en la cama, y me mate a besos por la mañana. Que si mira a otra, luego me guiñe un ojo, y se ría de mis celos de hojalata. 
Y sobre todo que no tenga que perderme para darse cuenta de que me ha encontrado..

Russian Roulette

¿Qué es el conocidísimo “juego” de la Ruleta Rusa? Según un diccionario: es un juego letal y clandestino. Se juega, generalmente, entre dos personas. Su objetivo es sobrevivir y quedarse con el dinero o el valor a jugar. Se inicia en una mesa. Uno de los jugadores tomará un revólver y abrirá el tambor, en él pondrá una o más balas, después lo girará al azar, cerrándolo rápidamente de modo que ninguno de los jugadores pueda ver en qué agujero se encuentran las balas. Por turnos los jugadores colocan la boca del cañón sobre su sien y aprietan el gatillo sin mover el arma. Si ninguna bala es disparada, el jugador continúa en el juego y el revólver pasa a su compañero  hasta que uno de ellos encuentra la bala y muere. Pero, ¿es sólo eso?
Si me dieran a comparar la vida, o por lo menos la mía, con algo, elegiría sin duda este juego. Cada día es una etapa nueva. Cada día tienes que enfrentarte a ese revólver una y otra vez, para lograr sobrevivir, pero un día la bala logra estar en el agujero que te toca jugar. Pero para sobrevivir hay que hacer mucho más. Hay que pensar, hay que escoger siempre la mejor decisión, hay que tomar decisiones (aunque duelan). Si crees que haciendo “x” va a ser lo mejor, hazlo. Si no, ni lo pienses. No por uno mismo, sino por los demás. Con los demás no me refiero a la población corriente en general, si no a lo allegados, a aquellas personas a las que les importa tus decisiones, y les parezcan buenas o malas te van a apoyar siempre.
Un sabio filósofo, dijo una vez que el fin último que buscamos es la felicidad mediante fines intermedios. Por ejemplo: una niña de 3 años es feliz si se compra la muñeca que tanto anhela. Aristóteles llamó a esa teoría eudaimonía. Pero conforme vamos creciendo nuestras expectativas respecto a qué nos hace realmente felices cambia. La misma niña con 17 años ya no quiere la muñeca, quiere ese vestido con el que deslumbrar en la próxima fiesta. Eso, algunas. Con 17 años, también se puede querer algo inmaterial. Algo que por más que desees no lo podrás comprar.
Yo, con 17 años, lo que me haría realmente feliz, sería una familia. Una familia se describiría como un conjunto de personas comprendida por los padres e hijos que comparten una convivencia. La mía era así. Pero no es sólo eso. Debe haber complicidad, sociabilidad, sus componentes deben ser ante todo amigos, y sobre cualquier cosa, debe haber comunicación. Yo sueño con algo así, pero no puede ser. En este caso, se han tomado decisiones, dolorosas, pero las más adecuadas a la situación. Si es lo correcto o no, no lo sé, pero está aceptado y superado. Lo que no tolero es que cuatro meses después, se remuevan las aguas, eso no.

Si sólo bastase con apretar el gatillo

martes, 7 de septiembre de 2010

La felicidad no está hecha de grandes cosas, sino de pequeños placeres

*Poner caras feas en las fotos.

*Encontrar pipas peladas al final del paquete.  
*Ver caminar a una pareja de abuelitos cogidos de la mano. 
*Soplar en la nuca de alguien.
*Pasear cogidos de la mano.
*El día que recuperas la voz después de estar afónico.
*Un beso o un mordisco en el cuello mientras se te eriza la piel.
*Comerte primero la parte de fuera del regaliz y luego lo de dentro.

*Jugar a las palmas con un niño pequeño y que te diga... ¡mira que canción me he inventado!... y sean con las que jugabas de pequeño.
*Caminar bajo la la lluvia.
*Decir lo mismo que otra persona justo a la vez, y decir: ¡Los dos a la vez! y reir.
*El sonido del azúcar al caer despacio.
*Los polvitos que quedan cuando acabas una bolsa de gusanitos.

*Sacarle una sonrisa a alguien que no lo esta pasando bien.
*Una corriente de aire frío en un día caluroso.
*Meterte en cama cansadísimo después de un buen día.
*Que te digan muy muy muy bajito al oído te quiero.
*Que mi perro se acurruque a mi lado.
*Darte cuenta de que has tirado la cuchara en la basura y el yogur en el fregadero.
*Cuando escuchas música y escribes a la vez y coincide lo que escribes con la letra de la canción.
*Asustar a las palomas.
*Cambiar la tele en los anuncios y justo cuando lo vuelves a poner empieza lo que estabas viendo.
*Ver una estrella fugaz.
*Mirar a los ojos a la gente y ver cómo se ponen nerviosos.

*Ver como se derrite una vela.
*Comer los lacasitos por colores.
*Oler la ropa tendida.
*Mirar el cielo cuando voy andando por la calle.
*Ver las cosas dar vueltas en el microondas.
*Pasar la hoja del calendario.
*Hablar delante del ventilador y reírte de cómo suena tu voz.
*Rascarte la marca que te dejan los calcetines.
*Hacer burbujas con la pajita.
*Coger arena con las manos y dejar que se escurra muchas veces.
*Besar lentamente.
*Cuando se te rompe el pico de un cucurucho y tienes que comerte el helado muy deprisa para no mancharte.
*Una carta escrita a mano.
*Despertarme antes de que suene el despertador.
*Que el nick de alguien esté dirigido a ti.
*Pensar metido en la cama.
*Hacer equilibrio en el bordillo de la acera.
*Romper el papel de los regalos.
*Hacer pompitas con el chicle.
*Cuando estás en un concierto y mueves la mano como si tuvieras una guitarra.

*Sonreír como una gilipollas por una casualidad.
*Comerte sólo el relleno de las galletas Príncipe y dejar las capas.
*Las manos de mi madre.
*Lamer la tapa de los yogures.
*Darle el dedo a un bebé y que no te lo suelte.
*Mojar galletas de chocolate en leche caliente.
*Mirar el mar.
*Cortar etiquetas de cosas sin estrenar.
*Comer nocilla con el dedo.
*El cosquilleo de los 5 minutos antes de tu primera cita con alguien.
*Dibujar figuras extrañas en un papel mientras hablas por teléfono.
*Dormir cuando llueve.
*Hacer pompas de Jabón.
*Jugar a no pisar las líneas del suelo o sólo pisar las del mismo color.
*Cuando me subía al carrito del súper.
*Ver que hay niños que hacen lo que tú hacías cuando eras pequeño.
*Chupar una gominola hasta que desaparece.
*El olor a gasolina o el de los rotuladores permanentes.
*Ver como se hincha la bolsa de palomitas en el micro.
*Pisar hojas secas.
*Encontrar nuevos huecos fríos en las sábanas de mi cama.
*Los sugus azules.
*Que te presten un libro y al leerlo descubras pasajes subrayados.
*El sonido de la lluvia.
*El sonido que se produce al morder una manzana.
*El papel de las fotocopias cuando aún está caliente.
*Cuando te encuentras de frente con una persona y los dos os movéis varias veces (al mismo lado) para dejaros pasar.
*Recibir un toque/mensaje inesperado.
*La última frase de un libro.
*Poner el ipod en Aleatorio y que salgan todas las canciones favoritas en ese momento.
*El olor de los libros nuevos.
*El momento de quitarle el plástico a un disco recién comprado.
*Volver a comerte un Frigopie.
*El día de antes de hacer un viaje.
*Andar por un sitio donde las baldosas son de dos colores, pero tú sólo pisas uno como cuando eras pequeño.
*Ver como se disuelve una pastilla efervescente.
*Mirar al fuego.
*Tumbarme en la cama recién duchada.
*La punta del cono de los helados.
*Pisar sólo la zona blanca de un paso de cebra.
*Cantar un día lluvioso.
*Ver películas de Disney. 

Hoy...

Hoy intento escribir lo que tendría que haber dicho hace meses, aunque sé que ya no servirá...
Esta noche no sentiré miedo por primera vez. No sentiré miedo, porque no te temo. Porque al pasado no se le puede temer. Eso eres tú: pasado. Por eso, quiero borrar tu nombre de mi vida. 
Hoy, esta noche, estoy a punto de conseguirlo: pasar página. 
Sin más palabras...sólo decirte: ¡Adiós!

lunes, 6 de septiembre de 2010

Sólo con el tiempo...

Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma. 
Uno aprende que el amor no significa sexo, y una compañía no significa seguridad.
Uno empieza a aprender: que los besos no son contratos; y los regalos no son promesas; 

Uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos. 
Y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calorcito del sol quema.
Uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores. 

Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende.
Con el tiempo, aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro, significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.
Con el tiempo, comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas. 

Con el tiempo, te das cuenta que si estás al lado de esa persona solo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabaras no deseando volver a verla. 
Con el tiempo, entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se vera rodeado sólo de amistades falsas. 
Con el tiempo, también aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida. 
Con el tiempo, aprendes a disculpar, cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes. 
Con el tiempo, te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir. 
Con el tiempo, te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible. Con el tiempo, te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados y al cuadrado
Con el tiempo,  comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas
Con el tiempo, te das cuenta que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante. 
Con el tiempo, verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, extrañarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado. 
Con el tiempo, aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba, no tiene ningún sentido. 
Pero desgraciadamente, sólo con el tiempo.