He creado un universo azul que es sólo mío. Donde no existen cenizas, ni pasado, ni rencor. Con planetas en los que puedo sentarme y observar cómo se alinea todo lo que me rodea, mientras el satélite olvidado vuelve a hacer escala alumbrándome el corazón, repleto de nuevos amaneceres en el tiempo de la luz.
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