martes, 2 de noviembre de 2010

El motivo de esta carta es pedirte que no vuelvas, que se ha deshecho la tarta, que se apagaron las velas. No calientan los fogones, ya ni corren las cortinas, ni si quiera los ratones andan ya por la cocina.
El motivo de esta carta es pedirte que me entiendas, ya no es corriente ni el agua, no me enroscan las bombillas.
Y a veces una jaula nos da la libertad, probablemente de la jaula que hable sea un bar, para olvidar.
Hoy es el día de la melancolemia, de ahogar tu besos en quintos de cerveza.
Siempre decías que querías ver lugares. Hoy estoy de acuerdo voy a empezar por lo bares. Y aunque tenga el corazón aún cerrado por las obras, y aunque últimamente vea el vaso siempre medio vacío,
te escribo está última carta amor mío.
Realmente me has querido, no, no lo podrás decir. Si solo con mirarme, si, te crece la nariz.







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