viernes, 17 de septiembre de 2010

Tú (L)

Desde niños hemos escuchado la palabra amistad, y a través del tiempo hemos comprendido que la palabra "AMISTAD" es usada un sin número de veces y para un sin numero de cosas, y cuando digo cosas, me estoy refiriendo a que se le da este nombre a hechos o personas que en realidad no tendrían porque tener este título. 
La amistad no es algo de un segundo y que después se olvida, sino por el contario es algo que va más allá del tiempo, de la distancia, de los errores, de los obstáculos, del orgullo. La amistad es algo más grande de lo que hemos aprendido con el tiempo, no es solo una palabra inventada para anotarla en el gran diccionario de la lengua española, tampoco es que va y viene sino que permanece. 
Amistad es darlo todo sin ningún egoísmo, es renunciar para dar, es callar para poder escuchar, es más, esa frase que tanto escuchamos "soy todo oídos" deberíamos tomarla literalmente cuando se trata de amistad y así aprenderíamos que es mucho mejor escuchar que hablar. 
La amistad, es como un fuego en tu interior, un fuego que se mantiene encendido sin importar lo que pueda pasar. Las amistades verdaderas son aquellas que llegan en el momento indicado, pero también son aquellas que no se alejan en el momento menos indicado. 
En fin, podría decirles mucho más sobre las amistades verdaderas, pero quisiera centrarme en lo que es más importante: en el cuidado que debemos darle a esas amistades verdaderas; exteriormente, siempre queremos mostrarnos fuertes e indestructibles, cuando en el fondo sabemos que somos seres frágiles, por esto, te invito a que por favor tomemos conciencia del valor que tiene un gran y verdadero amigo, pues ellos son los que sin una palabra, con solo una mirada pueden conocer tu interior y armarse de valor para combatir a tu lado, o tan solo para que te apoyes en su hombro.



¿Qué son las patatas sin ketchup? Nada. Pues eso mismo sería yo sin ti. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario