sábado, 26 de marzo de 2011

Me besaste esa noche cual si fuera el único día de tu boca.
Cada vez que me acuerdo yo siento en mi pecho el peso de una roca.
Son tus ojos marrones con esa veta verdosa.
Es tu cara de niño y esa risa nerviosa
Son tus manos de hombre.
El olor de tu espalda.
Lo que no tiene nombre, lo logró tu mirada.

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