lunes, 23 de agosto de 2010

¿Vale la pena perder la memoria?

Cuántas veces hemos deseado borrar un día, un instante, un momento,
hasta un año de nuestras vidas. Borrarlo todo, vaciar nuestra memoria y volver a empezar.
Cuántas veces deseamos volver a ser niños, vivir todo de nuevo sabiendo lo que ya sabemos, recuperar lo que se fue o dejar que el tiempo ponga las cosas en su lugar. Algunos no esperan nada del tiempo. Da lo mismo regresar o avanzar, simplemente renuncian a que el tiempo continúe su paso y se marchan con lágrimas y un largo adiós. Si deseáramos en algún momento perder completamente la memoria y adaptarnos a la frase "comenzar de nuevo" ¿Cuántas cosas no perderíamos? ¿Qué hubiera pasado en las situaciones en que nos equivocamos? Sería como aquellas cosas que se extravían accidentalmente en una mudanza y luego se extrañan. Perderíamos el calor del primer beso y la sensación de aquel amanecer que fue perfecto. La nostalgia por amores pasados y la inocencia con la que nos entregamos a lo desconocido por primera vez.
Quedarían atrás los amigos que iban a ser eternos, las cartas que nos hicieron llorar, la primera o última vez que vimos a un gran amor, los brazos mas cálidos, el día que pensamos que se iba a caer el mundo, el dolor más hermoso, la sonrisa más esperanzadora, el nacimiento del sentimiento más puro.
En realidad, ¿comenzamos una vida nueva o matamos otra llena de constantes recuerdos? Dejamos una vida y un presente que nos da infinitas oportunidades por soñar con un futuro perfecto que no existe o un pedazo de cielo donde no sabemos que nos espera.
¿Vale realmente la pena perder la memoria?

No hay comentarios:

Publicar un comentario